Nuestra mente y nuestro cerebro no son fijos, cambian constantemente. Esto es lo que se ha probado desde la biología y neuropsicología y lo que conocemos como plasticidad neuronal.
Así que, adiós a la excusa de "no puedo cambiar..."
El cerebro se puede entrenar como un músculo en el que poco a poco vamos viendo cambios. Para ello, necesitaremos de gimnasia cerebral cotidiana.
¿Cómo entrenamos el cerebro?
En términos generales, el aprendizaje continuo es un buen entrenamiento: adquirir nuevos conocimientos, nuevas habilidades, probar cosas diferentes, vivir experiencias. De forma más concreta, si un día nos proponemos probar algo nuevo, introducir un cambio en nuestra actitud y acción, por ejemplo en un interrelación social, seguramente veamos algún efecto inmediato.
Sí, el entrenamiento mental tiene efectos inmediatos.
Lo que cuesta más, es que el cerebro active por sí solo estos cambios, es decir, que los automatice. Esto requiere de repetición, constancia y perseverancia para que el cerebro los vaya integrando y el cambio se consolide.
Cuando ejercitamos nuestro cuerpo, podemos sentir unos efectos inmediatos, puede que me encuentre cansada, y a la vez que me sienta más fuerte, más segura de mí misma, más optimista y puede que hasta haya sido capaz de salir de algún bucle mental al dar una solución satisfactoria para un problema al que llevaba días dando vueltas. Pero para que haya un cambio real en el músculo, necesitaré entrenarlo varios días a la semana, de forma constante y durante meses.
El cerebro cambia constantemente. Entrena tu mente para que seas tú, quien dirige estos cambios.
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